¿De qué hablamos cuando hablamos de Medicina Ortomolecular y Nutrición?

Constituye el conocimiento de la acción orgánica energética que cada alimento induce. 

Normalmente, los alimentos se describen en términos de la cantidad de proteínas, grasas, calorías, vitaminas y minerales que contienen. 

La Medicina Ortomolecular pone énfasis en la composición química cuantificable de un alimento para determinar su acción nutritiva y curativa. 

¿Cómo funciona la medicina ortomolecular?

Emplea indicaciones nutricionales específicas para cada individuo y su patología, así como la inclusión en la dieta de nutrientes celulares que, al contrario de los medicamentos, están formados por moléculas que el cuerpo necesita y conoce, y para las cuales el organismo tiene establecidas rutas metabólicas naturales precisas para su tratamiento y aprovechamiento. 

El cuerpo humano sano está hecho exclusivamente de aire, agua, alimento y nada más. Por esto, cada una de las células que lo integran, debe recibir diariamente la adecuada cantidad de dichos elementos, para sustentar de forma equilibrada su vida y metabolismo saludable.

El problema...

La dieta diaria es y seguirá siendo nuestra principal fuente de alimento y de sus constituyentes principales, los llamados nutrientes esenciales: agua, grasas, carbohidratos, proteínas, vitaminas, minerales, aminoácidos, etc. Sin embargo,los actuales métodos agrícolas, unidos a la conservación y elaboración industrial de los alimentos, y unos modernos estilos de vida llenos de estrés y exposición a agentes químicos contaminantes, han ocasionado dos dramáticas consecuencias:

  • Una notable pérdida del valor nutricional de los alimentos disponibles.
  • Un gran incremento en las necesidades de nutrientes esenciales para.

¿Para qué sirve entonces la medicina ortomolecular?

Para intentar:

  • Neutralizar los indeseables efectos metabólicos ocasionados por el estrés. 
  • Expulsar de nuestro cuerpo y neutralizar el efecto de todos aquellos químicos tóxicos que de una u otra forma se depositan cada día en él.

Las vitaminas, minerales, aminoácidos, las ayudas digestivas y algunos extractos herbales actúan como alimento, colaborando a completar de forma óptima nuestros requerimientos nutritivos individuales y asegurando con ello el buen metabolismo celular y -como resultado- una buena salud.

No olvidando nunca que los nutrientes celulares (presentados todos en forma de cápsulas y tabletas, aunque se manufacturen igual que los fármacos) son alimentos y no medicamentos que pueden ser recomendados e ingeridos sin riesgos ni desafortunados efectos secundarios, que a veces sí producen los medicamentos farmacéuticos. 

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